¿A qué puede deberse este fenómeno? En su recientemente publicado Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman aventura que las cualidades de las prácticas de liderazgo y de gestión no pueden deducirse del éxito observado, pues éste depende en buena medida de la suerte. En un artículo publicado en 1995 en el Academy of Management Journal, Mark A. Huselid estudió, a partir de una muestra de 968 empresas, la influencia de las prácticas de recursos humanos en la rotación de trabajadores, la productividad y el desempeño financiero. Su modelo fue capaz de explicar el 38,5% y el 49,8% de la variabilidad de la rotación y la productividad, respectivamente, mientras que sólo fue capaz de explicar el 16,7% del desempeño financiero.
Según Kahneman, el hecho de que las compañías que presentan resultados por encima de la media en un periodo tiendan a empeorar sus resultados (esto es, a acercarse a la media) en el periodo siguiente (de la misma manera que las compañías que presentan resultados por debajo de la media en un periodo tienden a mejorarlos en periodos siguientes) es un caso particular de regresión a la media, un fenómeno que se presenta en situaciones en las que la aleatoridad es alta (como es el caso del desempeño empresarial).
Si el éxito empresarial depende en buena medida de la suerte, ¿qué lleva a algunas personas a arriesgar todos sus recursos a algo tan incierto como emprender? Según Khaneman, un grado de optimismo que de manera consistente está por encima de la media...