2012/02/19

La #ReformaLaboral española puede dañar la productividad y el desempeño: Una perspectiva desde el comportamiento organizativo (I)

No es nueva la tradición de nuestro estado de dar la espalda a la ciencia, especialmente a ciertas áreas de las Ciencias Sociales. En los días que corren, parece que se ha asentado una visión puramente microeconómica centrada en una literatura científica muy específica como único paradigma válido en el desarrollo de políticas económicas. De este modo, parece que otras áreas de investigación más centradas en la gestión y el comportamiento organizativo son bien ignoradas o posiblemente desconocidas, cuando son estas las que abordan la unidad de análisis esencial: el individuo.

En otros escritos nuestro objetivo no ha sido profundizar con rigurosidad en los temas planteados, pero quizás esta vez sí que el hecho de analizar una reforma de este calado requiere subir un poco el listón de la objetividad y por lo tanto recurrir a referencias más específicas, que aportan evidencias empíricas más allá de la opinión. A priori, y leyendo la prensa generalista, parece que el gobierno pretende dos objetivos fundamentales con esta reforma laboral: aumentar la confianza de los empleadores, y mejorar la competitividad y productividad de nuestras empresas, pues la creación de empleo a corto plazo es una labor demasiado colosal, como ya han comenatdo los mismos ponentes en un acto de sinceridad (La secretaria de Empleo: "La reforma laboral por sí misma no genera trabajo"). A lo largo de esta serie de posts iremos analizando, por un lado, el pretendido aumento de confianza, que ya adelantamos que carece de suficiente evidencia empírica y razonamiento fundamentado, y por otro lado, la pretendida mejora de la competitividad, aparentemente únicamente argumentada desde una perspectiva microeconómica y no en base a variables psicológicas que afectarán al comportamiento de las personas que forman las organizaciones empresariales y por ende a la economía.

No es nuestro objetivo escribir un largo ensayo sobre el tema, pero para una correcta argumentación creemos que debemos analizar racionalmente los efectos que puede tener la reforma en diferentes colectivos y estructuras organizativas. Es por ello, que dividiremos en varios escritos (posts) este análisis:
  1. ¿Cómo puede afectar el abaratamiento del despido y la pérdida de seguridad al desempeño de los trabajadores y a otras variables clave para la competitividad e innovación empresarial?
  2. ¿Puede la reforma laboral disminuir la percepción de riesgo de los empleadores de grandes empresas?
  3. ¿Puede la reforma laboral disminuir la percepción de riesgo de los empleadores de pequeñas empresas y autónomos?
  4. ¿Qué efecto puede tener la reforma laboral en el clima laboral de las administraciones públicas?
  5. ¿Estamos formando adecuadamente y con suficiente amplitud de conocimientos a los actuales directivos, futuros directivos y futuros políticos?
Para desarrollar cada uno de estos textos y sin prescindir de nuestra opinión personal, ya que no se trata de un manuscrito científico, nos basaremos fundamentalmente en dos aportaciones de amplia repercusión en la investigación del comportamiento organizativo y la dirección de personas. Por un lado el trabajo de Meyer, Becker y Vandenberghe (2004) donde se integra la teoría basada en tres componentes del compromiso organizativo (Meyer & Herscovitch, 2001; Meyer & Allen, 1984) y el modelo de Locke (1997, 1988) sobre los procesos de motivación en el trabajo, que por otro lado nos llevará a exponer nuestros argumentos siguiendo la teoría de las side-bet de Becker (1960) y principalmente la teoría de los focos de regulación (Regulatory Theory Focus) de Higgins (1997).

Previamente, e intentando no extendernos demasiado, debemos fijar algunos de los conceptos clave. Si bien es difícil hacerlo escuetamente, el lector interesado en el tema podrá ampliar los conocimientos partiendo de las referencias aquí expuestas.

Compromiso organizativo

Aunque existen investigaciones previas, es entre finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado cuando las investigaciones relacionadas con el compromiso organizativo van adquiriendo una mayor solidez (Mathieu & Zajac, 1990) materializándose en una amplia variedad de estudios sobre sus antecedentes y sus consecuencias en las organizaciones, y que en la actualidad continúan ampliándose.

Posiblemente el modelo más aceptado sigue siendo el desarrollado por Meyer y Herscovitch (2001), que divide el compromiso en tres categorías: afectivo, de continuidad, y normativo. El compromiso afectivo (affective commitment) es el deseo de pertenecer a la organización (quieren/desean hacerlo). El compromiso de continuidad (continuance commitment), basado en la creencia que dejar la organización será costoso (lo necesitan) y muy asociado al side-bet (Becker, 1960) y el compromiso intencionado (calculative commitment) (Hrebinia & Alutto, 1972; Ritzer & Trice, 1969). El compromiso normativo (normative commitment) es el sentido de obligación hacia la organización (deben/están obligados) (Allen & Meyer, 1990). Cada una de las trescategorías de compromiso representa distintos mindsets que caracterizan cada dimensión del compromiso (Meyer et al., 2004). Por la naturaleza del tema de análisis nos centraremos en el afectivo y en el de continuidad como claves para entender muchos comportamientos de empleados y empleadores.

Side-bets

Los side-bets son las inversiones valoradas por el individuo que serían pérdidas si éste dejara la organización. En este sentido, los individuos, en parte, se vinculan a la organización a causa de los side-bets, o por el coste percibido por el individuo y la consecuente pérdida de la inversión realizada al separarse de la organización (e.g., un plan de pensiones, pérdida de incentivos por antigüedad, perdida de stock options, incertidumbre del entorno laboral).

Regulatory Theory Focus

Actualmente la Regulatory Theory Focus sigue teniendo un elevado impacto en múltiples áreas de investigación que van desde el marketing, la neurociencia, o las ciencias de la salud. La esencia de la Regulatory Focus Theory (Higgins, 1997, 1998) está en la noción que la gente está motivada a minimizar diferencias entre sus estados actuales y sus estados finales deseados (experimentar placer); y maximizar las diferencias entre sus estados actuales y los estados finales no deseados (evitar dolor). Sin embargo, la teoría propuesta por Higgins (1997, 1998), va más allá de este principio básico hedonista, haciendo constar que los estados finales pueden ser definidos en términos de (a) ideales (e.g., qué es lo que uno quiere ser) y (b) obligaciones (e.g., qué es lo que otros piensan que uno debería hacer). Los individuos que tratan de minimizar las diferencias entre su estado auto-ideal son los que describen que tienen un foco de promoción, sin embargo los que tratan de minimizar las diferencias con sus auto-obligaciones tienen un foco preventivo.

Esta teoría en términos generales refleja la tendencia a satisfacer el cuidado emocional (foco de promoción) y asegurar las necesidades (foco de prevención). Es decir, un foco de promoción está relacionado con el avance, crecimiento y logro, donde los objetivos son esperanzas y aspiraciones. Luego se produce una inclinación a progresar intentando acercar los estados finales deseados. En contraste, un foco preventivo está relacionado con la seguridad y responsabilidad. Los objetivos son deberes y obligaciones, o en ocasiones necesidades. Luego dadas estas diferencias, podemos esperar que los individuos con estados auto-regulados sean distintos cuando su foco es de promoción o prevención. Individuos con un foco de promoción alto, deberían tener afán en conseguir avances y ganancias. Por el contrario, individuos con un foco de prevención alto, deberían presentar un estado de vigilancia que asegure la seguridad y evite las pérdidas (Higgins, 1998).

Llevando esta teoría a la teoría organizativa se ha observado que tanto empleadores como empleados pueden adoptar una estrategia de promoción o prevención en función de distintas circunstancias. Pongamos un ejemplo: si cada vez que un ejecutivo medio es creativo y va proponiendo cambios orientados a la mejora (alto foco de promotion) es constantemente aplacado por sus superiores, puede optar ante un fundado temor a perder el empleo por una estrategia prevention, y centrarse en minimizar riesgos con independencia de su pontencialidad real.

Para finalizar esta introducción, y antes de empezar propiamente con cada una de las preguntas expuestas anteriormente, adjuntamos un cuadro resumen de las investigaciones empíricas hasta finales del siglo pasado sobre los antecedentes y consecuencias que se han observado en relación a las componentes del compromiso organizativo, para que cada uno vaya reflexionando.


Modelo de tres componentes (Meyer et al., 2002)


Continuación: próximamente


Referencias

  • Allen, N. J., & Meyer, J. P. (1990). The measurement and antecedents of affective, continuance and normative commitment to the organization. Journal of Occupational Psychology, 63(1), 1-18.
  • Becker, H. S. (1960). Notes on the concept of commitment. American Journal of Sociology, 66(1), 32-40.
  • Higgins, E. T. (1997). Beyond pleasure and pain. American Psychologist, 52(12), 1280-1300.
  • Higgins, E. T. (1998). Promotion and prevention: Regulatory focus as a motivational principle. In Zanna, M. P. (Ed.), Advances in experimental social psychology (Vol. 30, pp. 1-46). New York: Academic Press.
  • Hrebinia, L. G., & Alutto, J. A. (1972). Personal and role-related factors in development of organizational commitment. Administrative Science Quarterly, 17(4), 555-573.
  • Locke, E. A. (1997). The motivation to work: What we know. In Maehr, M. L. & Pintrich, P. R. (Eds.), Advances in motivation and achievement (Vol. 10, pp. 375-412). Greenwich, CT: JAI Press.
  • Locke, E. A., Latham, G. P., & Erez, M. (1988). The Determinants of Goal Commitment. Academy of Management Review, 13(1), 23-39.
  • Markovits, Y., Ullrich, J., van Dick, R., & Davis, A. J. (2008). Regulatory foci and organizational commitment. Journal of Vocational Behavior, 73(3), 485-489. doi:10.1016/j.jvb.2008.09.004
  • Mathieu, J. E., & Zajac, D. M. (1990). A review and metaanalysis of the antecedents, correlates, and consequences of organizational commitment. Psychological Bulletin, 108(2), 171-194.
  • Meyer, J. P., & Allen, N. J. (1984). Testing the Side-Bet theory of organizational commitment – Some methodological considerations. Journal of Applied Psychology, 69(3), 372-378.
  • Meyer, J. P., & Herscovitch, L. (2001). Commitment in the workplace: Toward a general model. Human Resource Management Review, 11, 299-326.
  • Meyer, J. P., Becker, T. E., & Vandenberghe, C. (2004). Employee commitment and motivation: a conceptual analysis and integrative model. Journal of Applied Psychology, 89(6), 991-1007.
  • Meyer, J. P., Stanley, D. J., Herscovitch, L., & Topolnytsky, L. (2002). Affective, continuance, and normative commitment to the organization: A meta-analysis of antecedents, correlates, and consequences. Journal of Vocational Behavior, 61(1), 20-52.
  • Ritzer, G., & Trice, H. M. (1969). Empirical study of Becker,H side-bet theory. Social Forces, 47(4), 475-478.

2012/02/06

Software libre (I): Una alternativa para empresas y administraciones

Vivimos tiempos de crisis, en los que las restricciones económicas obligan a cuestionar formas de hacer las cosas propias de la época dorada. Uno de los capítulos de gasto en los que, tarde o temprano, habrá que incidir es el de las licencias informáticas. Para muchas organizaciones, seguramente los costes de cambiar de sistema pueden ser muy grandes, pero las pequeñas empresas (y quizás las grandes y las Administraciones Públicas) deberían considerar la posibilidad de migrar su plataforma informática (total o parcialmente) a software libre (SL).

Por definición, el SL no tiene coste de licencias informáticas, que en algunos casos pueden ser bastante elevado. Esto no quiere decir que el SL no tenga coste: existe un coste en tiempo para instalar y adaptar el software, y sobre todo, hay un coste en escoger la alternativa que mejor se adapte a nuestras necesidades, pues es frecuente que se estén desarrollando diversas soluciones para una misma necesidad.

Veamos, por ejemplo, el caso de las suites ofimáticas, un software que toda organización ha de usar. La referencia de pago es Microsoft Office, sin duda un gran programa pero que nos obliga a optar por Windows si queremos explotarlo con todo su potencial, y que podemos usar también en Mac OS (aunque en este último caso, viene sin el gestor de base de datos Access).

Veamos algunas alternativas a Microsoft Office, gratuitas o de software libre (y alguna aplicación de pago de cloud computing):

OpenOffice y LibreOffice

Puede decirse que la suite informática libre por excelencia es OpenOffice, y su fork LibreOffice. Ambas suites compartían el mismo código hasta el 2011, momento en el que un grupo de desarrolladores se separó y la suite se bifurcó. Funcionan en todos los sistemas operativos, y cuentan con todas las funcionalidades de una suite ofimática. El procesador de textos y la hoja de cálculo funcionan bastante bien, aunque el progama de presentaciones y el gestor de bases de datos necesitan mejorar aún.

Página de descarga de LibreOffice

Google Docs

Por el hecho de tener una cuenta de GMail, ya disponemos de las funcionalidades de Google Docs. Con Google Docs podemos crear textos, presentaciones, hojas de cálculo y formularios online. Además, almacena documentos online y permite compartirlos fácilmente con otros usuarios. Existe una versión de pago, Google Apps, con mayores prestaciones, a la que se han pasado empresas como el BBVA. Actualmente, es posible acceder a las funcionaldiades de Google Docs sin la necesidad de utilizar una cuenta de GMail.

Microsoft Office online

La respuesta de Microsoft a Google Docs: desde nuestra cuenta de Hotmail, tenemos la posibilidad de usar Microsoft Office online, una versión reducida y online de la popular suite de escritorio de Microsoft. Además ofrece 25 GB de espacio de almacenamiento de ficheros en su plataforma SkyDrive. Aunque Microsoft Office online tiene algunas limitaciones (no crea archivos PDF), puede ser una buena alternativa. La respuesta de Microsoft a Google Apps es Office 365, también de pago. Puede verse un tutorial sobre Office 365 en dos pasos aquí y aquí.

Como veis, las alternativas a Microsoft Office pasan por una aplicación local (LibreOffice) y por servicios de almacenamiento y explotación de programas online. Estas últimas ofrecen algunos servicios gratuitamente (aunque no son propiamente software libre), y tienen extensiones de pago. Seguramente aparecerán algunas más en el futuro, como zoho, aunque parece claro que la batalla estará entre Google y Microsoft...